domingo, 18 de julio de 2010
Orgullo y prejuicio
Esta tarde he acabado con, como yo le llamo, incultura austiana. Debido a mi confinamiento, me puse a ver la película Orgullo y prejuicio. La recomiendo enormemente porque en ella se muestran las costumbres de aquella época y porque el argumento es sensacional. A pesar de sus dos horas de duración, no ha resultado en ningún momento "pesada", al contrario, el desarrollo de la película es agradable y en cierto modo intrigante. El final fue emocionante, sobretodo por la conversación de Lizzy con el señor Bennet, su padre, y cómo este llora de alegría por ella. Ahora mismo no encuentro mas adjetivos para describirla, sólo me han quedado ganas de leer el libro, y de leer Sentido y sensibilidad, que espero adquirir pronto.
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