Un simple "vamos a Limerick" fue lo único que hizo falta para que hiciéramos una pequeña excursión a esta ciudad. Un sábado emprendimos nuestro rumbo a esta poca conocida ciudad irlandesa. Ahora entiendo el desconocimiento: calles sucias, poco cuidado en los monumentos históricos, etc. Pero aquí no comentaré mi agitada experiencia en Limerick (sucesos poco comunes) si no que comentaré lo que más me ha asombrado: los cementerios. Sorprendentes por la falta de nichos, todas las tumbas son de piedra con cruces (algunas,cruces celtas) acompañadas de esculturas de mármol. Una maravilla. Pensarán que es grotesco, ver belleza en un lugar donde descansan cuerpos sin vida. Pero...es así, y el cementerio de la catedral de St. Mary me llamó la atención, sacando la foto que se podéis observar. Así y todo, tengo que leer Las cenizas de Ángela,basada en Limerick, lectura casi obligada por haber recorrido las calles de esta ciudad poco conocida.
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